“El oro y la plata, como salen de las entrañas de la tierra, son al punto la encarnación inmediata de todo trabajo humano. De ahí la magia de la moneda. La conducta simplemente atomística de los hombres en el proceso social de la producción y, así, el aspecto material de sus propias relaciones de producción, que son independientes de su crítica y de su acción individual consiente, se manifiesta desde luego en la forma de mercancía que toman los productos del trabajo en general. El enigma del fetiche-moneda no es, pues más que el enigma del fetiche-mercancía, visible y deslumbrador.
Karl Marx. “La mercancía y su circulación”. México: Roca, 1973, pg. 88